martes, 27 de noviembre de 2007

ESPADA TIPO CONAN

Se acerca la navidad, y en mi más puro estilo cristiano trato de hallar calma, tranquilidad, para reflexionar acerca de este año tan intenso, difícil y lleno de sorpresas. Sin embargo, cada vez que enciendo el televisor me encuentro con un nuevo femicidio, violencia desmedida contra mujeres, niños, hombres, contra todos. A veces, el noticiero es la mejor versión del “Animal Planet”, sólo que en este caso nadie mata para comer, sino por el simple hecho de aplastar y denostar a las personas.
Uno de los niños símbolo del maltrato ha sido el famoso Gonzalo Egas, quien luego de hacer gala de su violencia dentro del reality La Granja, maltratar a cuanta persona se le pesaba por delante, incluso en repetidas ocasiones, a su polola, nunca ha abandonado el papel de “Todo Vale” (“deporte” que practica)Así, su ex polola tuvo que enfrentar golpes en la vía pública y sólo recibió la excusa que “había tomado muchas cervezas”. Como si esto no fuera poco, ahora va directo a su casa, salta las medidas de seguridad y sin importarle que ella estaba con su hijo, bota la puerta a cabezazos, le pega a cuanta persona se cruzó por delante para defenderla, mordió a uno y golpeó a carabineros. No obstante, el tipo sigue libre. No me explico por qué.
También esta semana, murieron unos jóvenes luego de una discusión con unos motoqueros. Cuando incautaron las armas, se encontraron con cosas que rayan en la ciencia ficción. Mazos a la usanza de los vikingos, cuchillos, pistolas, espadas… ahhh y lo más increíble, “una espada tipo Conan”. Tal cual. Sólo que dudo que haya sido usada para el bien como en los dibujos animados. Claro que entre esto y el lanza llamas que encontraron para el 11 de septiembre, no sé qué me asombra más.
¿Por qué tanta ira contenida?, ¿por qué queremos matar, agredir, ofender a los demás? Basta subirse a una micro del famoso Transantiago y es seguro que hay más de una pelea dentro de ella.
Creo que a estas alturas, no sólo debe haber sanciones más duras, sino también preguntarse por qué. No es normal que estemos viviendo la ley de la selva. No puede ser que estemos obligados a tener un carácter fuerte para no ser pasados a llevar.
A los niños los están maltratando en sus propios colegios. Ya ni siquiera podemos contar con ese como un lugar seguro. La pornografía y la prostitución infantil crecen a pasos agigantados, y las penas de quienes son detenidos son mínimas. ¿Quién responde por el daño?
Creo que cambiamos el sentido de la Navidad a comprar regalos y dejamos de lado completamente su significado. Creo que el mejor regalo que podríamos hacerle a Jesús en su cumpleaños, es hacer una pausa y ver en qué puedo ayudar para cambiar esto. Aquellos que no son creyentes, piensen que el mejor regalo para la gente que quieren es que viva tranquila, sin miedo y que no termine muerta en una balacera en la cual no tenía nada que ver. El mejor regalo para los niños es que vuelvan a serlo y que no se conviertan en pequeños adultos.
Deseo, para quienes lean este mensaje, que tengan una Navidad tranquila, rodeada de las personas que aman y con un dulce recuerdo de aquellos que ya no están. Que el espíritu navideño remueva nuestras conciencias y nos deje preguntar ¿qué puedo hacer por otro? En vez de ¿cómo puedo ganarle a otro?

viernes, 26 de octubre de 2007

DIGNIDAD


Hoy quiero ocupar este espacio, con el permiso de ustedes, en una lucha por la DIGNIDAD. Claro, la dignidad de la embarazada. Me explico. Primero, con el estupendo transantiago las micros van repletas, los choferes están más indiferentes que nunca y el metro, que era nuestro orgullo, cada vez es más invisible. El otro día hasta un chofer de micro me apretó con las puertas y no fue capaz de abrirlas. Como cierran a presión, tuve que salir a tirones. Otro día, en el momento que me iba a sentar, un tipo tiró un bolso en el asiento y me dijo que él se sentaría, lo que me enfureció y finalmente logré “ganar” esa partida. En otra ocasión, un tipo “jugando” con sus hijos en el metro, lanzó un combo y si no es porque pongo la mano, me llega justo en la guatita. En fin, podría estar días enteros contando casos. Eso sin contar lo que cuesta que den el asiento, ya que parece que una mosca del sueño atacó a todos los hombres jóvenes y algo raro a las mujeres que lanzan golpes y gritos por o que sea.
Bueno, después de ese trato amable en el transporte, uno llega con el ánimo por el suelo y descubre que ni siquiera puede usar ropa interior bonita, porque la que hacen para embarazadas son dignas de Brigite Jones (y se supone que uno mantenga una relación durante y después del embarazo).
Como si uno ya no se viera bastante cambiada con esos kilitos de más por el bebé, te enteras de los “procedimientos” que te harán como preparación para el parto (un lavado estomacal y te DEPILAN).
Por lo menos si tienes suerte de que sea en una clínica, eso pasa más piola, pero si es un hospital público, es bastante más “comunitario”
Más encima, te mandan una lista donde a parte de las cosas para la guagua, piden pañales para ti. La verdad es que no quiero ni imaginarme eso.
Si algo de vanidad te queda a esas alturas, donde tu cuerpo es distinto, vas miles de veces al baño y ya te han revisado entera, creo que es el punto de colapso.
Igual, todo eso prefiero ni cuestionarlo, pero más encima, se está poniendo de moda “un parto más humano”, donde se plantea hacerlo lo más natural posible, con la menor anestesia y todo eso.
Se nota que la mayoría de los ginecólogos son hombres. Yo encuentro más humano, que con los avances que hay te permitan sentir el parto sin dolores horribles, para que sea un lindo recuerdo y si se pueden evitar esa “preparación” denigrante, mejor.
¿ Cómo mantenemos la femineidad con ropa interior de vieja, depiladas y con un sobrepeso que como nadie respeta, te hincha los pies? ¿y la dignidad?, ¿lo lindo de este período?. Si no fuera, porque la sensación más linda que he sentido es cuando mi hijo se mueve en mi guatita y cuando veo en las ecografías que está tan cómodo dentro mio, la verdad es que no lo recomendaría; pero sólo por ese chiquitito y el milagro de ver que de dos personas se puede formar una tercera tan linda, dejo la dignidad para después.

jueves, 4 de octubre de 2007

AMIGOS-HERMANOS

Hace unos días. recibí un reclamo porque cuando hablaba de mis amigos-hermanos, hacía alusión a los de teatro. La verdad es que pensé que se entendía que estaba hablando de un hecho puntual y que no estaba dejando de lado a otras personas que para mí, también llevan ese título.
Desgraciadamente, justo la persona que reclamó, mostró ese mismo día no ser tan amigo, así es que voy a describir quiénes entran para mí en esa categoría y solos se darán cuenta de qué personas hablo.
Un amigo (a)-hermano(a) es:
- El que siempre se preocupa por tí cuando sabe que tienes un problema.
- El que comparte tus alegrías.
- El que te respeta y respeta a tus seres queridos.
- Con el que no importa hace cuánto tiempo no se ven, siempre es como si hubieran estado juntos hace unos minutos.
- Su amistad no depende de su estado de ánimo ni de las llamadas que se hagan.
- Siempre te escucha.
- Te dice si piensa que estás equivocado (a)
- Si los demás te atacan, siempre te defiende y después habla contigo en caso que piense que eras tú el errado.
- Es ese amigo (a) que siempre te recibe con una sonrisa y un abrazo.
- Nunca te deja plantado (a), porque para él o ella tú eres lo más importante.
- Te acompaña sin importar si eres el carrete más entretenido o no.
- Sabe lo que sientes, porque te conoce.
- Te ha visto llorar.
- El triunfo de uno, es el de ambos.
- Es capaz de calmar tu dolor sólo con una llamada.

Todo esto es recíproco.
Gracias a Dios tengo personas así a mi lado. algunas (os) me acompañan hace años y otros hace menos tiempo, pero todos son importantes para mi, porque he visto cómo la amistad puede curar las heridas y hacer crecer el alma. También he aprendido mucho de ellos y han sido un respaldo importante para mi crecimiento.

Por si acaso, ya voy a dedicar un texto especial para mi pololo, ya que si bien muchos años fue de estos amigos, merece mención más que especial.

Besos a todos ustedes y gracias por el amor que me dan.

viernes, 28 de septiembre de 2007

MIENTRAS TRATABA DE DORMIR

Estos días, me ha costado más que nunca conciliar el sueño, no sé si se debe al cambio hormonal por el embarazo, o porque el rol de la mujer se ha planteado desde distintos terroríficos puntos de vista.
Primero, enciendo el televisor para ver las noticias y cada vez me encuentro con un caso distinto de “feticidio”, el que se está haciendo costumbre por estos días. Siempre se ha sabido que hay mucho maltrato en el país, pero de ahí a llegar al homicidio… tal vez como nunca se ha controlado correctamente el maltrato físico y psicológico que viven miles de personas a diario, los golpes e insultos les quedaron chicos a estas verdaderas bestias que matan con justificaciones vagas, los celos, porque no soportó perderla, etc, las que logran indignar más. Pero ahí está nuestra “justicia”, llenándose de leyes y casos atochados en los tribunales, que finalmente no están sirviendo para detener la matanza. Casi pidiendo por favor que no sigan con esta carnicería. Mujeres quemadas, niñas asesinadas, etc.
Claro que las mujeres no somos sólo víctimas, sino también victimarias, ya que el maltrato no tiene sexo. Hace poco una mujer mató a su hijita de tres años y luego intentó suicidarse. Los hospitales reciben una y otra vez a niños marcados por la violencia y que tienen miedo de decir qué les pasó, para que no le hagan nada a sus madres, ya que a pesar de todo las aman.
Por otro lado, este asunto no tiene edad. En el caso de “wena, Naty”, es ella misma quien se denigra y muchos más los que aprovechan esta situación, para reírse, hacer correr el video por Internet y olvidarse que se trata de una niña de ¡¡¡14 años!!! , que a pesar de que sabe lo que hace perfectamente, tiene familia, padres, amigos, y de sólo pensar que podría llegar a ser mi hija, me da rabia con ella y con todos. ¿Por qué?, porque le enseñamos a diario que el sexo mientras más promiscuo y explícito, más vende, porque ve a sus ídolos gringos haciendo lo mismo y logrando más fama, porque ve que es “choro” ser “osada” y no le mostramos lo que en verdad existe tras paredes, que a una niña que la ven haciendo eso, lejos de encontrarla “chora”, la miran con un espanto morboso.
Ahora, más livianito. La teleserie “Lola”, busca mostrarnos el mundo de hombres y mujeres, de lo difícil que es asumir el papel de la mujer, donde debes ser excelente profesional, dueña de casa, madre y amante. También tienes que buscar una imagen para tus amigas de liberal, ya que “somos igual a los hombres”. La verdad es que no creo en ese tipo de igualdad. Creo en la igualdad de derechos y que todos somos seres humanos con sentimientos, pero pienso que copiamos las peores actitudes de los hombres para vengarnos. Ahora somos infieles, competitivas y también utilizamos a la gente.
Todo lo que siempre recriminamos, lo copiamos.
Por su parte, los hombres se aprovecharon de esto y se han vuelto mal educados bajo la bandera de la igualdad. Ya no sólo no dan los asientos, sino que te empujan. El que es educado, lo consideran “mamón”, si es romántico “macabeo” y el “choro” es el que mira a las mujeres casi con indiferencia, ojalá homofóbico, para demostrar su supuesta hombría. ¿Pero en qué estamos? Gran parte de la educación de los hijos la damos nosotras, el cambio tiene que venir de ahí. Tal vez debiéramos preocuparnos de criar seres más humanos que “choros”, y más educados que “modernos”. Tal vez un ejercito de “macabeos” y “mamones” y su versión femenina, podrían humanizar nuestras relaciones y parar esta absurda guerra del más fuerte.

jueves, 27 de septiembre de 2007

cómo

Hace un par de años, la vida se me ha puesto de cabeza una y otra vez. Armo y desarmo proyectos, relaciones, carreras. Voy y vuelvo de una casa a otra (me he cambiado 10 veces desde el 2003, todo un record).
Todo esto me ha ido cambiando, y el constante reformateo casi me termina de volver loca.
Luego de una depresión que casi termina con lo que quedaba, de cambiar nuevamente de vida, un jefe que me acosaba (no sexualmente gracias a Dios), un ex marido que se cree de la mafia, un nuevo rompimiento sentimental y los primeros infartos de mi papá, pensé que ya no tenía sentido seguir viviendo. Tanto así, que llegué a decirle a mi psiquiatra que sentía que estaba muerta.
Este estado de anestesia duró un buen tiempo. Lo único que me demostraba que estaba viva era el teatro y los amigos-hermanos que ahí me hice.
Cuando pensé que había topado fondo, las cosas empeoraron un poco más. Me quedé sin trabajo por meses y mi papá finalmente murió. En ese momento, sentí que toda la luz se apagaba. Me quitaban el aire y mis ganas de soñar.
El haber perdido a mi papá, es el dolor más fuerte que he sentido hasta ahora. Mi padre y amigo ya no iba a volver (al menos en cuerpo presente). Por desgracia, recuerdo una y otra vez con precisión, cada momento desde que se enfermó hasta que finalmente murió, cada detalle del velorio y el funeral, cada lágrima que tuve que guardar para darle fuerza a mi familia y ese grito que quedó ahogado dentro de mi pecho y nunca se calla.
A pesar que tengo una fe absoluta en Dios y en que la muerte es sólo otra etapa natural de las personas, mi cabeza sigue sin entender cómo ese hombre que siempre existió para mí, que siempre estuvo ahí, ya no está; cómo, si soy parte suya, si salí de él, se puede haber ido y dejarme aquí.
Esas preguntas se respondieron hace un tiempo. Justo cuando recién me habían operado la vista, me enteré que estaba embarazada. Aunque fue una felicidad absoluta, no pude dejar de pensar en mi papá y en cómo siempre quiso ser abuelo. Ese vacío no tardó en llenarse, porque gracias a ello, descubrí que sigue vivo ese lazo mágico entre nosotros y he visto cómo cada una de mis metas se ha ido cumpliendo rápidamente desde su partida.
Así comprendí que nunca se había ido, sólo estaba guardado en mi corazón, por eso había personas que no lo podían ver.
Al cerrarlos ojos cada noche, veo los suyos brillantes y chiquititos cómo velan el sueño de cada uno de nosotros, su familia y cómo cuida a su futuro nieto o nieta, porque en cada uno de mis pasos va su olor.